Inicia la historia de Tijuana.
Corría el año de 1927, todavía el río Tijuana bañaba las tierras de la región. Durante la breve y ocasional temporada de lluvias reverdecían los campos en contraste con los tonos dorados de las tierras del septentrión. Tijuana apenas y había tenido tiempo de crecer.
Agua Caliente
Los Bungalows
Salón de oro
Fueron muchos los que hicieron el viaje para disfrutar South of the border de todas las comodidades: alberca, gimnasio, balneario de aguas termales, canchas de tenis, campo de golf, carreras de galgos, estacionamiento techado y servicio para los autos que llegaban por un camino construído expresamente desde la línea divisoria hasta la entrada donde se erigió la Torre de Agua Caliente, símbolo de aquel lugar. Pero el verdadero atractivo, además de las bebidas, era sobre todo la emoción de jugar al pocker, al bacará y desde luego a la ruleta en el salón de juego decorado al estilo Luis XV conocido como el Salón de Oro. Prueba de ello es que los costos del hotel y sus servicios eran prácticamente regalados, (cinco dólares la renta de un bungalow y un dólar y medio sentarse a comer a la mesa), el negocio era el juego.
Esta publicación es un fragmento del artículo “El Casino de Agua Caliente” del autor Jaime Bali Wuest y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 21.